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jueves, 17 de marzo de 2011

Sandy Bridge de Intel y Bulldozer de AMD, cara a cara.

Los 32nm han llegado con fuerza a los mercados e Intel y AMD han comenzado una carrera de fondo para sacar los mejores productos al mejor precio posible. Así pues, ambas empresas de microprocesadores han renovado, o van a renovar, sus gamas de procesadores tanto para sobremesas como portátiles.



Empezamos con los ya a la venta Intel Sandy Bridge, su principal novedad es la definitiva inclusión de la CPU junto con la unidad de procesamiento gráfico junto a los núcleos, y no solo en un mismo chip y ambas unidades (CPU+IGP) comparten la misma caché de nivel 3. Además, todos los modelos cuentan con la tecnología Turbo Boost® de Intel que inciden sobre cada una de las unidades de procesamiento, gráfico y lógico, por separado. Se echa de menos que se haya implementado la tecnología Hyper Threading solo en algunos de los modelos de la nueva gama.

  
 
Se les ha añadido un nuevo controlador de memoria que soporta hasta 32GB de memoria RAM DDR3 a 1600MHz con un ancho de banda máximo de 25,6GB/s. También se les ha renovado el conjunto de instrucciones, ésta vez se les ha llamado AVX (Advanced Vector Extensions) que son la evolución de las ya conocidas SSE. Manteniendo los 32nm, se ha mejorado en gran medida el consumo energético de sus predecesores tanto en las versiones de sobremesa como portátiles.
  
Habitualmente y ya comienza a ser firma de Intel, una nueva familia de procesadores trae tras de sí un nuevo socket, el LGA 1155. Tras haber renovado hace poco los sockets con la llegada de los pasado i3, i5 e i7 no pertenecientes a ésta familia, Intel nos vuelve a traer un nuevo socket que vuelve a dejar obsoletos los anteriores y nos obliga a la adquisición de placas madre nuevas para renovar nuestros equipos.


Intel también nos ha traído bajo el brazo 10 chipsets nuevos para los nuevos procesadores, 5 para equipos portátiles, 5 para equipos de sobremesa. Van desde las gamas más bajas hasta las más altas pasando por las gamas medias. Destacar la existencia de un chipset para portátiles de bajo consumo, el UM67 para ultraportátiles, buen punto para Intel, aunque llega un poco tarde con la entrada atropellante que están haciendo las tablets en el mercado.

Respecto a las GPU’s, como ya he dicho, no sólo integradas en el mismo chip, sino montadas junto a los núcleos, son los modelos Intel HD Graphics 2000 e Intel HD Graphics 3000. Ambos modelos cuentan con la tecnología Turbo Boost® que controla de manera inteligente el esfuerzo de la GPU según las exigencias del software en uso.

En cuanto al precio, comentar que los precios varían entre los 117 dólares y los 317 para los equipos de sobremesa. No se tienen en cuenta modelos por ejemplo como el i7-990X que nos rondaría en torno a los 1.000 dólares.

Comentar por último, que todos los modelos de la gama Sandy Bridge se encuentran ya a la venta, algo que no ocurre con los que van a ser analizados a continuación.

En verano nos empezaremos a encontrar, de mano de AMD, una nueva nueva gama de procesadores que llegarán a nosotros bajo el nombre de Zambezi. Se espera que haya una gran evolución respecto a sus predecesores, ya que AMD se ha puesto manos a la obra y ha rehecho la arquitectura prácticamente de cero, algo que siempre es de agradecer y no pasa con los procesadores de Intel, cuya evolución se basa en la sobreescritura de lo que ya existía añadiéndoles cosas nuevas, situación que al final se reduce a la inclusión de grupos de instrucciones que a veces no sirven para nada a la hora de programar y una mala depuración y aprovechamiento de la tecnología.

 
AMD espera que la nueva arquitectura de los Zambezi sea comparable a los Core i7 Sandy Bridge de Intel de gama más alta. Grandes expectativas que esperemos que AMD cumpla ya que suele ofrecer sistemas de precios más asequibles que Intel.

Bulldozer, según AMD, contará con hasta ocho núcleos nativos, sólo disponibles en las gamas más altas. De añadir que se les ha mejorado la tecnología Turbo® ya presente en algunos de sus predecesores y se les han añadido nuevos grupos de instrucciones, por ejemplo, la AVX que también encontramos en los Sandy Bridge.

Todos los nuevos procesadores bajo el sobrenombre de Bulldozer funcionarán bajo el nuevo socket AM3+ que no es más que la evolución del presente AM3 y, en contra de lo que pasó hace unos años entre los sockets AM2 y AM2+, no existirá ningún tipo de retrocompatibilidad entre ambos sockets. Algo que sí se podrá hacer en cambio es la instalación de un procesador de un socket anterior ser usado en el nuevo socket AM3+. Según vayan saliendo a la luz más características del nuevo socket iremos comprendiendo mejor este tipo de compatibilidad, aunque las barreras de usar un procesador Bulldozer sobre un socket AM3 son básicamente físicas.
  


El cambio de socket traerá consigo una nueva gama de chipsets aunque AMD, en compensación por la falta de retrocompatibilidad entre AM3 y AM3+, permitirá la instalación del socket AM3+ en la familia de chipsets que conocemos hoy día, los AMD 800 Series. Aun así, AMD dejará caer en el mercado una nueva familia de chipsets que aprovecharán a la perfección el potencial del nuevo socket y los nuevos procesadores, estos chipsets llegarán bajo la denominación de AMD 900 Series.

AMD quiere ponerse a la altura de su mayor competidora, Intel,  y responde con la gama AMD FX que se pondrán a la altura de los actuales Core i7. Esto nos deja un par de dudas: los Bulldozer que no se esperan hasta verano de 2011 llegarán a la altura de los Core i7 que Intel ya tiene a la venta. Por tanto, queda en manos de Intel, cuando se aproxime la fecha de lanzamiento de los nuevos AMD, el evolucionar otro paso adelante su gama de procesadores y volverse a poner en cabeza del rendimiento. Entonces cabe pensar, ¿AMD se está durmiendo en los laureles? Hay quien podría decir que sí, pero yo creo que más que la potencia y el rendimiento, está en juego algo mucho más importante: quien consiga sacar los mejores procesadores al menor precio ganará la partida, y lo siento por Intel, pero en esto AMD lleva toda a ventaja. Se pondrá en el mercado con una gama de procesadores que quizá no sean los mejores del planeta, pero sí serán competitivos a la vez que su precio también lo será. No tendremos que deshacernos de los 1.000 dólares que cuesta el mejor procesador i7 por un AMD equivalente en rendimiento.


El tiempo lo dirá, pero el monopolio de Intel se está tambaleando y tiene hasta verano para poner una solución en las manos de los consumidores para que nos hagamos con un equipo de su marca y no nos cambiemos a AMD.

Un saludo a todos mis lectores. 

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